¡Hola a todos!

Esta semana quiero hablaros de la Navidad. Algunos pensaréis que aún queda mucho para ello pero seguro que ya habéis empezado a mirar lo que os piden vuestros hijos, habréis empezado a hacer las cartas de Reyes o, incluso, habréis empezado a comprar alguna cosa por miedo a que luego no lo encontréis y vuestros peques se queden sin lo que han pedido.
Como digo, la Navidad está a la vuelta de la esquina y me gustaría invitaros a una reflexión antes de dejarnos llevar por la vorágine de consumismo que suponen estas fiestas.

¿CUÁL ES EL VERDADERO ESPÍRITU DE LA NAVIDAD?

No importa la religión que tengamos ni si somos ateos o no, lo cierto es que la gran mayoría de los que me leéis celebramos la Navidad.

Lo triste es que parece que nos hemos olvidado del auténtico espíritu navideño: COMPARTIR.  En la actualidad las fiestas navideñas se han convertido en un estrés y un derroche de dinero importante que no todos podemos permitirnos y que, en no pocas familias, se llegan a pedir préstamos para poder hacer todos esos regalos que nos piden los más pequeños.
Navidad significa DAR, significa RECIBIR, significa COMPARTIR, significa AMOR…pero no de la forma en que pensamos. La Navidad es la época perfecta para las reuniones familiares, pasar tiempo en familia, jugar con nuestros hijos, juntarnos con amigos… sin necesidad de dejarnos el sueldo en ello.

No me malinterpretéis, no digo que no hagamos regalos a nuestros hijos (y a los adultos si así lo deseamos), lo que digo es que hay que hacerlos con cabeza. Corre por las redes una norma, la regla de los cuatro regalos: algo que le guste, algo que necesite, algo para leer y algo vestirse (ropa, calzado o accesorios). Si bien es cierto que es una regla que me encanta e intento tenerla presente a la hora de preparar las navidades, la realidad es que por poca familia que tengamos entre abuelos, tíos y lo que llega a casa, normalmente se superan esos cuatro regalos.

Personalmente, me encantan las navidades, son días llenos de encuentros, de tiempo en familia, con los amigos…pero ya caí en el consumismo (aunque en cierta forma controlado) con mis dos hijos mayores. Fui de las que movía cielo y tierra para conseguir ese juguete que faltaba en su lista, y ¿para qué? Para nada. Una vez pasada la ilusión inicial, había tantas cosas que perdían la ilusión por todo y hoy, en su adolescencia, les cuesta saber lo que realmente quieren/necesitan/les ilusiona.

Por eso, desde que llegó la pequeña a casa, intento recuperar el auténtico espíritu navideño en la familia. Intentamos que los regalos cumplan esa regla de la que os he hablado más arriba para todos aunque sean alguno más de cuatro.
Lo que sí controlamos mucho es que sólo llegue UN REGALO POR CASA, incluida la nuestra. Nada de que llegue un juguete y algo de ropa o un juguete y un libro. Un solo regalo por casa. Y aún así, mis hijos se juntan con siete regalos que no son pocos.

Otra cosa que ponemos en práctica es que cada año preparo un calendario de adviento con actividades para realizar en familia que, al fin y al cabo, es de lo que va la Navidad, ¿no? Con él ponemos en práctica esos valores de los que hablamos: compartir, dar, recibir, tiempo juntos, tiempo con amigos…La semana que viene os lo enseño con todas las actividades que he preparado para este año, a ver si os animáis a hacerlo 😉

Por otro lado, algo que siempre hice con los mayores (con la pequeña este será el primer año), es que antes de pedir lo que queremos para Navidad, es preparar una bolsa (o más si es necesario) con los juguetes que ya no utilizamos para donarlos a alguna organización y que todos los niños puedan tener un juguete estas navidades. De esta forma fomentamos la solidaridad en nuestros hijos y les hacemos ver que no todos los niños son igual de afortunados que ellos.

¿QUÉ JUGUETES SON LOS MÁS APROPIADOS PARA LOS NIÑOS?

¿Cuántos de vosotros os habéis encontrado con que después de los primeros días vuestros hijos dejan de usar esos juguetes que supuestamente les hacían tanta ilusión?¿Cuántos os sentís frustrados después de correr por todas las tiendas de la ciudad buscando EL JUGUETE o de haber pedido un préstamo para que llegue todo lo de la carta y que ellos ni lo miren una vez pasada la ilusión inicial?

Todo esto ocurre porque los juguetes que piden nuestros hijos son los que ven por la tv, en los centros comerciales y catálogos de grandes almacenes. Todos ellos llaman su atención porque tienen luces, hablan, se mueven…en definitiva, juegan por el niño. El niño es un mero espectador. Son juguetes que impiden que desarrolle su imaginación y creatividad, por lo que se aburre con ellos y acaba jugando con las cajas.

Probad a regalarles juguetes de los de toda la vida, de madera, de metal o de cualquier otro material noble. Juguetes que no sean estructurados, cuanto menos mejor (porque creéis que tienen tanto éxito las construcciones o un simple palo)  que les inviten a crear, a imaginar, a JUGAR. Juguetes que no jueguen solos.

Sí, pero ¿dónde compramos juguetes de esos? En todas las ciudades tenemos tiendas que apuestan por este tipo de juguetes, por ejemplo, en Palma de Mallorca, tenemos Embolics & The Indigo Store y Globo Kids Store. Pero hoy en día tenemos la posibilidad de comprar online en tiendas que apuestan por juguetes de calidad como Alupé, Jugaia, Jugarijugar, El Globo amarillo, Baby Caprichos, Jaisa Educativos, Para Criarte, o Veo Bio entre otras muchas.

Os dejo los links a sus tiendas online para que os déis una vuelta y veáis de qué os hablo.

Hasta aquí el post de hoy. Si os decidís a probar con estos maravillosos juguetes me lo contáis.

Gracias por leerme y, ya sabéis que si compartís, le dais al “me gusta” o me dejáis vuestros comentarios os estaré muy agradecida.

Un abrazo,

Raquel.

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Raquel Ripoll

Educa-t-nos surgió con la intención de dar respuesta a las necesidades de padres e hijos, educativas o sociales que afectan al bienestar familiar. En Raquel Ripoll doy un paso más. Te lo cuento todo en Sobre mí

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