CÓMO EVITAMOS EL USO DE PANTALLAS FUERA DE CASA

¡Hola! Lo primero que quería contaros es que, el otro día, con la emoción de la primera entrada del blog, se me olvidó decir que, en principio, tengo pensado publicar una entrada cada jueves. Si os gustan, iremos aumentando la frecuencia.

El blog lo he organizado en cuatro secciones, una por semana, para que podamos hablar un poco de todo. Las secciones serán:

  • Tema de interés. En ella hablaremos de temas educativos desde un punto de vista más teórico. Explicaremos el porqué de hacer las cosas de una manera y no de otra.
  • Recursos que usamos en casa. Ésta será la parte práctica de la sección teórica anterior. Os mostraré cómo manejamos las distintas situaciones en casa.
  • Hoy leemos. Una sección clásica en muchos blogs y que, en el mío, como amante de la literatura que soy, no podía faltar. Hablaremos tanto de libros para niños como de libros que nos pueden resultar de gran ayuda a nosotros.
  • Caso práctico. Como muchos me habéis sugerido, iremos comentando casos que me llegan por privado porque siempre os resulta más fácil identificaros con una situación concreta. De esta manera podremos poner en práctica los recursos de los que vayamos hablando.

Si echáis algo de menos (o de más) me lo decís que ya sabéis que este es vuestro blog.

Y ahora vamos con la entrada de hoy:

¿CÓMO EVITAMOS EL USO DE PANTALLAS FUERA DE CASA?
Es habitual estar en una sala de espera y ver a los menores enganchados a todo tipo de pantallas. También es un recurso muy utilizado por los padres para viajar, ya sean trayectos cortos en coche o en desplazamientos más largos en avión, tren, coche…Yo he visto bebés de poco más de un año enganchados a una tableta sentados en el carro mientras sus padres paseaban por el centro comercial.

No estoy aquí hoy para explicar los efectos nocivos de utilizar ese recurso ni para juzgar a nadie, sólo quiero mostraros que, si queréis, es posible evitarlos.

Cuando mi pequeña era aún un bebé leí por internet que una familia había hecho una caja para viajar en la que habían metido distintos juegos. La idea me gustó y la adapté a nosotros.

Lo primero es hacerse con una caja metálica no muy grande (la nuestra es tamaño A5) y unos sobres o bolsitas en los que meter los diferentes juegos. La tapa mejor que se separe de la caja.
Una vez tenemos la caja metálica, vamos a pegar una pizarra adhesiva en la parte interior de la tapa y, en una bolsita dentro de la caja, llevamos nuestras tizas con un pequeño trapo (actividad número 1).
Ya tenemos una actividad, ahora vamos con las siguientes bolsas: en una bolsa llevamos unos títeres de dedo que son animales (los nuestros son de IKEA) con los que contamos historias y cantamos canciones (actividad número 2). Esta bolsa le encanta a Natalia porque tenemos una canción con cada animal aunque nos falta una con un loro y otra con un reno, así que si sabéis alguna con esos animales soy toda oídos.
La siguiente bolsa es un memory que tenemos en casa de TIGER, no lo he metido entero porque sería demasiado, así que llevamos seis parejas; lo suficiente como para cumplir nuestro objetivo y entretenernos en caso de aburrimiento o necesitar mantener a los niños quietos (actividad número 3).
La siguiente bolsa (actividad número 4) consiste en una serie de imanes. Se trata de unos imanes redondos de diferentes colores comprados en un bazar. La intención era la de aprender a diferenciar los colores y jugar con ello. Ahora que ya los dominamos los utiliza para pegarlos por la caja metálica y hacer figuras con ellos.
Y la última bolsa (actividad número 5), son una serie de mariposas compradas en un bazar de las cuales hay dos de cada tipo y tiene que encontrar las parejas.

Hasta aquí las actividades que tenemos en nuestra “caja de supervivencia”.
Pero hay más recursos. Este verano viajamos a Suiza y como la caja iba a resultar un tanto incómoda preparamos una mochila con todo lo necesario para entretenernos en los desplazamientos. En ella, además de algunas de las bolsas de la caja, metimos un quiet book que, por si no los conocéis, son libros de fieltro en los que cada hoja tiene una actividad diferente. Si sois un pelín apañados lo podéis hacer vosotros, si no, hay muchas artesanas que los hacen y os permiten personalizarlos al máximo.
En la mochila de viaje también metimos nuestra bolsa de maderas pintadas con las que contamos cuentos (las nuestras son de una artesana, Rachel Delice, que podéis encontrar en facebook); y un sobre con pegatinas, ceras y papel.
Por si todo esto que os he comentado hasta ahora no os convence, también están las pizarras portátiles que caben en cualquier bolsa y son muy apañadas para entretenerlos.
Por último, pero no menos importante, están los cuentos que, desde que llegaron a casa, siempre es alguno de los Minis (os hablaré de ellos en la sección “Hoy leemos”).

Hasta aquí los recursos que tenemos en casa para evitar el uso de pantallas cuando vamos a algún sitio. Si os ha gustado os agradezco que me lo hagáis saber y, si creéis que puede servir a alguien, compartidlo.

¡Gracias por leerme!

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Educa-t-nos surgió con la intención de dar respuesta a las necesidades de padres e hijos, educativas o sociales que afectan al bienestar familiar. En Raquel Ripoll doy un paso más. Te lo cuento todo en Sobre mí

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